Domingo cinco de la tarde. Momento de la merienda. Voy a abrir el tarro de nocilla pero algo llama mi atención. Hay rastros sospechosos en la encimera y en el propio recipiente. Tengo una corazonada (inducida por los hechos, claro está) y tomo una decisión, llamo al artista que acude rápidamente a la cocina. Voy a utilizar mi propia técnica de interrogatorio negrocriminal
—Cariño, es la hora de la merienda, ¿qué te apetece?
—Chocolate.
—Ya veo—contesto aguantando la risa—, hace mucho que no comes chocolate, ¿no?
El peque asiente serio con un cabeceo.
—Entonces, igual te pongo nocilla—le digo con toda la intención—. Pero, ¡anda! ¡Si el tarro tiene churretes!
—¡Yo no he sido, no he tocado nada!
A mi cabeza acude la máxima de mi familia “respuesta sin pregunta, mentira declarada”. Pero sigo con mi representación. Voy tras una confesión, los interrogatorios no se me dan mal. Y menos en este caso.
—¡Vaya! Y ¿sabes qué ha podido pasar?
El artista niega con seguridad.
—Nooo, yo no he tocado nada. No sé… ¿Habrá sido papá?
—Mmmm, puede ser, pero no lo creo. Oye, ¿te has lavado hoy los dientes después de comer?
—¡Pues claro!
—Ahh, entonces mírate en el espejo que tienes alrededor del morrete algo…
Espero a que llegue al baño, encienda la luz y mire su reflejo. Silencio.

—Mamá, igual sí que tengo que decirte algo.
—¿Si? Dime cariño, te escucho.
Interrogatorios y confesiones
Confieso que me encantan los interrogatorios de las series y novelas. Son básicos para el entorno negrocriminal, pero hay que ser realistas. Los verdaderos interrogatorios distan mucho de lo que nos enseñan en el cine y las series de televisión, en las que se conceden algunas licencias escénicas para conseguir mayor efectividad.
Los métodos que usan los investigadores están muy estudiados y en su mayoría tienen que ver con las técnicas Peace (Reino Unido) y últimamente (aunque aún está en revisión), la SUE (Suecia). Ambas son herramientas importantes para desarrollar un buen interrogatorio y coinciden en varios puntos que los investigadores deben tener en cuenta.